Los tiburones han sido estigmatizados en el cine como un gran monstruo come humanos, pero la realidad es totalmente inversa, seis personas mueren anualmente por ataques de tiburones mientras que más de 100 millones de tiburones mueren por la acción humana.
La mayoría de las especies de tiburón se encuentran en peligro de extinción, una de las amenazas es la pesca para convertirlos en la famosa sopa de aleta consumida en Asia. El tiburón no solo es consumido en países como Japón o China, sino en muchas otras partes del mundo como Australia, Francia, Islandia o España.
Lo más preocupante aparte de la pesca para el consumo de la tradicional sopa es lo que sucede con los tiburones una vez les cortan sus aletas, luego de quitar esta parte de su cuerpo son arrojados vivos al mar, sin aletas no pueden nadar y mueren asfixiados padeciendo un gran dolor.
Según buceadores e investigadores de la especie la mayoría de los ataques de tiburón hacia las personas se producen porque el animal suele confundir al bañista con una foca o un león marino, algunos de sus alimentos habituales.
Desde el Centro Para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), especialistas trabajan en conocer cómo los tiburones se mueven a través de los océanos para alimentarse y así poder planificar su conservación a través de su alimentación y comportamiento. También otras estrategias se han puerto en marcha desde diferentes organizaciones.