En Bogotá, una pareja se divorció, y en ese divorcio se separó también Simona, una perra que hacía parte de dicha familia. Por lo anterior, una de las partes llevó el caso a la rama judicial para que ordenaran regular las visitas a su hija perruna “Simona”, y que, se tuviera en cuenta el estado emocional en el que se encontraba por la separación. En este caso, la Sala Mixta del Tribunal Superior emitió Auto que reconoció que Simona era parte de la familia y un ser sintiente.


El demandante alegó que; “Simona hace parte de su núcleo familiar y, desde la separación con su pareja, Simona y él se han visto afectados, pues no ha podido visitarla con regularidad, ya que la demandada considera que las visitas terminan afectando emocionalmente a Simona”.

La Sala Mixta del Tribunal Superior, mediante Auto, el cual se considera una comunicación oficial de un Juez, reconoció la sintiencia de Simona y de los demás animales, y que actualmente son miembros de la sociedad y de las familias. “La concepción de la familia ha avanzado con el tiempo. Los cambios sociales han roto con la idea clásica y han permitido que distintas conformaciones sean consideradas como parte del grupo familiar, gracias al principio de pluralidad“. Por otro lado, el Tribunal hizo énfasis que en este caso el competente es el Juez de Familia y no el Civil, recalcando que los animales no son cosas.

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