Una de las actividades catalogadas como más crueles, es la exportación marítima de animales vivos para su producción y sacrificio, por ello, activistas por los Derechos Animales radicaron este 15 de octubre un Proyecto de Ley que busca prohibir este proceso que lleva consigo maltrato, sufrimiento y muerte lenta.
Andrea Padilla, vocera de Anima Naturalis en Colombia, manifiesta que; la exportación de animales vivos hacia Oriente Medio es una práctica cruel e innecesaria. Durante el transporte, que puede durar hasta 30 días, los animales padecen hacinamiento, privación de agua y alimento, enfermedades, fracturas y muerte por aplastamiento. Los excrementos pueden alcanzar hasta un metro de altura, lo que hace que los animales se cubran de sus propias heces; incluso, que mueran ahogados, asfixiados, por infecciones, o por la contaminación del agua y la comida. Además, los países importadores como Líbano, Iraq, Egipto y Jordania, hacia donde Colombia exporta, no cuentan con leyes de bienestar animal. Por esta razón, los animales son víctimas de toda suerte de violencias. Al respecto, se han documentado procesos de desembarque sin rampas, prácticas de tortura como el corte de tendones y la extracción de ojos estando los animales conscientes, y la matanza sin aturdimiento previo.
Esta actividad comercial también es innecesaria, puesto que puede reemplazarse por la exportación de carne refrigerada. De hecho, Colombia exporta carne en canal y los países importadores de Oriente Medio importan carne congelada. Las razones por las que esta actividad continúa son: la demanda de “carne fresca”, aunque los sistemas de refrigerado permiten garantizar esta calidad; y la práctica halal, pese a que en Colombia también existe esta práctica certificada. Por lo tanto, no hay justificación para seguir sometiendo a miles de animales vivos al calvario de la exportación por vía marítima.